miércoles, 21 de julio de 2010

No todos pueden ser Wolverine.



Todo el mundo quiere ser Wolverine (o lobezno para nuestros amigos ibéricos). Es un hecho innegable. El tipo es súper cool: tiene una moto, fuma habanos, toma cerveza a montones, tiene un esqueleto de adamantiun, se pasea semi desnudo por la mansión de Xavier mostrando sus pectorales y tiene esa onda de no soy bueno, pero tampoco soy malo. No se puede negar que el tipo es atractivo. Las mujeres lo desean y los hombres quieren ser como él.

Pero en una esquina, sin llamar la atención, está Ciclope: el mutante que no puede mirar a nadie a los ojos. La mano derecha del Profesor Xavier, el líder de los X-Men. A Ciclope no le gusta llamar la atención, opta por la sobriedad. Es el líder del equipo y tiene que dar el ejemplo. Aún siendo tan ñoño logro conseguir el corazón de Jean Grey, la mina más atractiva de los X-Men. Pero Wolverine siempre estubo rondando por esa relación. Y obviamente a Jean le encanta esa onda de chico malo, en comparación a la moral de boy scout de su marido. Aunque acaben quedandose con el bueno, a las mujeres les encantan los tipos malos y problematicos.

Por eso estos personajes se han peleado tanto. Wolverine es el típico outsider del equipo que tiene problemas de autoridad. Es más sencillo ser un rebelde que dar ordenes.

En batalla, Wolverine es puro show. Cuando aparece el villano de turno, saca sus garras (con su clásica onomatopeya snikt) y se lanza suicidamente a la lucha. Total, tiene un factor de curación de la puta madre (lo que hace que en los comics siempre sea herido de muerte). Ciclope en cambio, es puro análisis. Como estratega entra al campo de batalla pensando en como dirigir al equipo. Es más fome de verlo en un viñeta, pero es un trabajo que alguien tiene que hacer.

Por eso el mundo necesita a Ciclope. Alguien que se preocupe del equipo en vez de lucirse. Lo más fácil es optar por ser Wolverine, el borderline que no acepta responsabilidades y siempre anda por su cuenta. Lo más difícil es quedarse y afrontar los problemas de la manera más correcta posible. Tomar decisiones, aunque no siempre sean las mejores. Dar la cara. Y no importa que tengas un factor de regeneración y unas garras indestructibles, si al final del día te estas emborrachando y llorando por que no recuerdas tu pasado. Al final lo que cuenta es aceptar las responsabilidades. Y eso puede que no te haga el X- Men más popular de todos, pero te hace ser el mejor.


1 comentario:

Antonio Furret dijo...

Leer esto me recordó un par de cosas:

1.- Lo que escribió David hace un tiempo, relacionado con robotech (creo que se llamaba no todos podemos ser Rick Hunter)

2.- ELM... Creo que aún podemos hacer algo con eso...

Saludos, loco, a ver si nos pillamos en un carretillo de vacaciones