A la ciencia ficción le gusta señalar en que aspectos fallará la humanidad en el futuro. Es su deber, como brazo armado de la ilustración. Alan Moore, George Orwell, Adous Huxley, Ray Bradury y tantos otros escritores nos han señalado, a través de sus novelas, como estaría el mundo en un futuro no muy cercano si todo saliese mal. Si la Utopía se volviese una Distopia. Estas mentes imaginaron gobiernos totalitarios que vigilan cada acto de sus ciudadanos. Que, con puño de hierro, pueden moldear la historia a su antojo. Una metáfora del comunismo se podría decir en algunos casos. Pero es sabido, que estas obras además de hablar sobre un futuro se están refiriendo al presente, de una manera más dramática.
La verdad es que la Distopia es ahora.
Probablemente, en un universo paralelo, una sociedad mucho más avanzada que nosotros escriben novela sobre una podrida sociedad de consumo que se impone los criterios mercantiles antes que los del sentido común. Nosotros somos una especie de futuro post apocalíptico imaginado por otros.
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