miércoles, 8 de septiembre de 2010

El diabjo rojo por Ed Brubaker


Las historias de Súper héroes son eternas, a diferencia de sus homólogos de la antigua Grecia que tenían historias conclusivas. Un ejemplo: la primera aparición de Batman fue en el número 27 de la revista Detective Comics. Dicha publicación paso a ser exclusivamente del murciélago. Su publicación mensual no se ha interrumpido y hoy va por el número 869. Eso sin contar todas las series paralelas y novelas gráficas que se fueron publicando a través del tiempo. Eso da un montón de guionistas, dibujantes y editores interfiriendo en las historias de los personajes. Eso es bueno y malo. Bueno, porque el personaje deja de tener un solo creador y se convierte en algo colectivo, con un sin número de miradas y reinterpretaciones. Malo, porque muchas de esas historias son puro relleno y derechamente malas (sin contar las buenas intenciones de sus creadores). Pero hay ocasiones en que ciertos personajes viven su mejor momento. Este es el caso de Daredevil escrito por Ed Brubaker.

El aporte de Brubaker.

Daredevil siempre ha sido un personaje menor. Lo era antes de que Frank Miller lo revitalizara y redefiniera en los 80's y lo seguirá siendo. Y con menor no digo que sea malo. El universo Marvel puede estar cayéndose a pedazos, pero Daredevil seguirá como si nada en la cocina del infierno. Brubaker aprovecha está dimensión del personaje y la explota. Junto con el típico elemento noir de sus historias. La firma de abogados de la cual Murdock es dueño, junto con su fiel y gordinflón amigo Foggey Nelson, se empieza a parecer a los sets del Halcón Maltés.

Daredevil siempre ha sido un súper héroe (¿o vigilante?) urbano, casi contracultural. Eso hace que su relación con su ciudad, Nueva York, sea muy especial. Además el tipo es ciego, se conecta con su entorno a través de sus otros sentidos. Eso hace que su sintonía con la urbe se muestre a través de lo que huele y escucha. Daredevil habla con su ciudad, le pide ayuda para poder protegerla.


Otro punto a favor es que Daredevil se equivoca, y mucho. El tipo no es perfecto, pierde los estribos. Llega al extremo de torturar a sus enemigos. Además intenta llevar una vida normal: tiene una esposa y su vida laboral choca con sus correrías nocturnas. Esto hace al personaje mucho más interesantes que otros súper héroes (toma eso Batman). Está constantemente batallando para que sus andanzas como súper héroe no destruyan su vida o la de la gente que le importa.

Nueva York siempre es mejor con lluvia

Un buen comienzo.

La mejor manera de empezar una buena historia es con algo directo a la vena. Brubaker entiende eso. Brian Michael Bendis entrega el relevo de la historia en un gran momento que desestabiliza todo el universo del personaje. Matt Murdock es encarcelado en Blackgate. Su delito: ser Dardevil. Asi comienza el arco argumental "El diablo en el bloque D". Una perfecta introducción para la mega saga Civil War, donde los súper héroes empiezan una guerra entre ellos debido a un acta de registro que los obligaba a trabajar para el gobierno.



Durante el resto de los números que escribe Brubaker se mantiene el mismo tono, aunque el primer arco argumental es el mejor. Después de que Brubaker abandona la serie - SPOILER - Daredevil se hace con el control de la mano, una letal sexta de asesinos. El justiciero quiere liderar el grupo para así tener un ejército que luche contra el crimen. -FIN SPOILER-Lamentablemente, la editorial Marvel hizo una mega saga de eso: Shadowland. Como siempre sucede, Shadowland ( que todavía no concluye) está saliendo bastante mediocre. Eso pasa cuando un buen guinista eleva las ventas de una serie menos y la empresa se aproecha demasiado.

Los lapíces.

El dibujo es bastantebueno (y constante) para ser una serie mensual. Salvo algunos número especiales con artitas invitados, la serie está dibujada por : Michael Lark y Stefano Gaudiano. Más haya de que los tipos dibujen bien, saben como diagramar una escena de acción en viñetas.

Nada mejor que la violencia gráfica.


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