miércoles, 21 de septiembre de 2011

Simios, revoluciones y estudiantes.


Si bien es bastante tarde para hacer una critica/rewiev de "The rise of the planet of the Apes" o "Planeta de los simios: (r) evolución" como (genialmente) le pusieron acá en Chile. Nunca esta de más referirse a la película.

Antes de entrar en materia, aclarar algo: la buena ciencia ficción siempre puede referirse al contexto histórico que la rodea y hacer una critica, un llamado de atención a la humanidad sobre los errores que está cometiendo. Gran ejemplo de eso es el monologo inicial de Chaton Heston en la primera película de la saga "El planeta de los simios"

El hombre, esa maravilla del universo, esa gloriosa paradoja que me ha enviado a los estrellas ¿Hace todavía la guerra con su hermano? ¿Sigue dejando morir de hambre a los hijos de sus vecinos?

Mientras veía esta nueva entrega de la simiesca saga, me preguntaba que segundas lecturas podía tener la película. Al principio no me compraba la furia de Cesar, el protagonista de la película que inicia la revolución que puso a los simios dominado el planeta. No me parecía tan excesivos los abusos que padecía. O sea, comparados con la realidad que está viviendo mi país (Para los que no están familiarizados con la actualidad Chilena: los estudiantes universitarios y secundarios llevan más de cuatro meses movilizándose constantemente por el fin del lucro en la educación).

A Cesar y sus compañeros los encerraban, les disparaban con balas no letales, los rociaban con agua y al final hasta mataron a un par. Una realidad que no difiere mucho (incluso en las muertes) con las experiencias que ha tenido que pasar un estudiante chileno durante estos cuatro meses de movilizaciones. No saldrá mucho en las noticias, pero los vídeos de carabineros reprimiendo violentamente a los estudiantes inundan la web. Después de un par de meses uno parece menos sensible ante estos abusos y comienza a a tomarlos como algo normal.
Quizá para nuestra realidad tercermundista estos abusos son parte de la cotidianidad. Pero si un ciudadano del primer mundo (los que hicieron la película) consideran que un simio puede revolucionarse con la humanidad por ser tratado así, imagínense lo que debería hacer un humano.

Al final de los 105 minutos de película, Cesar fue capaz de guiar a sus compañeros a la libertad. Lamentablemente, estamos en la realidad así que esperemos que los estudiantes logren su fin y pasen a dominar el planeta.